Así crecí, buscando experiencias novedosas, extrañas, que la mayoría de la gente no se atreviera a hacer y que a mi me treparan la adrenalina hasta el borde de un colapso cardiaco. Me aventé del bungee, hice el amor en lugares públicos, probe la cocaina y la marihuana, conocí mil gentes, besé mil bocas, hice trios y me aventé como cien romances exóticos con desconocidos, me vestí de mujer porque simplemente tenía que probarlo, tomé hasta el exceso y fui a cuanto lugar me invitaron.
Un día apareció ella, con la curiosa novedad de que por ser mujer, no tenía que esconderse para darme un beso o tomarme de la mano. Era mi primer novia formal ya en mi etapa joven. Hasta entonces sólo había tenido novios o aventuras secretas
La relación se terminó ya hace mucho tiempo; pero el recuerdo queda, ella vive en mi memoria como la persona que me enseñó de los placeres más sencillos y cotidianos de la vida. Mil gracias por ello Karla.
1 comentario:
Whoaaa!!! Estoy en pro de vivir, conocer, experimentar, fastidiar, remendar y crecer en todos los aspectos... y así es, siempre guardamos en un lugar muy especial a esas personas que nos cambian la vida.
Vaya post!
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