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Deseando atraparlo todo.

lunes, 5 de mayo de 2008

EL TRIUNFO DE LA INFELICIDAD

Eres alguien, un ente único, feliz contigo mismo y con lo que haces. Vas por la vida, como dicen por ahí, tratando de vivirla mejor, aunque a veces te equivoques, caigas o no sepas que hacer. No obstante, eres feliz.
Un día despiertas y te das cuenta que todo ha cambiado alrededor. Quien sabe en que momento o de que manera, quien sabe que lo provoco, pero al abrir los ojos descubres que tu mundo no es lo que solía ser, y sobre todo tú, ya no eres el mismo. La satisfacción se fue. La felicidad contigo mismo también. Ahora eres un ser inseguro, posesivo y celoso, dependiente de alguien más. Tú, verdaderamente no te explicas como pasó y tampoco te gusta este nuevo yo en el que te has convertido. De hecho odias a ese que ha usurpado tu lugar. Pero no sabes de donde llegó o a que ha venido y eso si es que acaso adviertes que esta ahí, ocupando el espacio que antes solía ser feliz, el lugar del autosuficiente. Lo que no percibes es que odiarlo a él es odiarte a ti mismo porque ambos son parte del mismo wey. ¿Qué hacer? ¿cómo pelear contra lo que uno es, aunque sea momentaneamente? La situación amenaza con arrasar con todo como una bola de nieve. Lo odias a él por dependiente, por infeliz, pero al odiarlo lo alimentas porque es precisamente de tu desprecio a ti mismo que él crece y adquiere poder. Lo que necesitas es quererte, apreciarte, darte tu lugar, pero eso no es tan fácil porque tu lugar lo tiene él y él no te quiere a tí en ese lugar, sino a ese otro, el motivo de sus sufrimientos.
Entonces digo yo, es momento de abrir los ojos; de darte cuenta que estas chingado. No hay manera que salgas de esta sin un buen arrastrón y con muchas raspadas en la piel. Lo mejor que puedes hacer, es cuidar las partes más frágiles y procurar que al final, quede un poco de dignidad para levantarte; pero la verdad es que evitar la caida JAMÁS, porque además, no quieres hacerlo.
Ni hablar, es el hombre el único y gran enemigo de sí mismo.

5 comentarios:

MiLaGrOs dijo...

A ver... anduve chequenado blogs.. y de casualidad dì con el tuyo..
El triunfo de la felicidad... y es pues èste triunfo del que hablas del que a veces renegamos... lo digo y lo seguirè diciendo... La felicidad es muchas veces una bendiciòn, pero por lo general es una conquista...
Sè y te doy la razòn... muchas veces somos como no quisieramos ser... quizà conciente o inconcientemente, pero lo hacemos...
Y còmo dirìan algunos por ahì.. no somos màs que hojas sueltas en el vendaval... aunque podrìamos ser màs que eso...

Paul André dijo...

Clarísimo que se puede ser más que eso, pero por supuesto, cuesta más trabajo, y casi siempre es más sencillo dejarse llevar a donde el viento te lleve. Gracias por tu comentario que me pareció fabuloso. Ojalá puedas leer esta respuesta.

MiLaGrOs dijo...

Pude leer tu respuesta... despreocùpate... y gracias tambièn por contestar mi comentario...
Què te puedo decir...? èso de dejamarme llevar donde el viento me lleve casi nunca me ha resultado... uyyyy casi y la mayorìa de las veces me doy fuerte contra el suelo y màs aùn si se trata de cuestiones del corazòn...
Espero que sigas escribiendo... asì podrè saber màs acerca de ti y al menos por este medio nos mantendremos comunicados...
Siempre 'pa delante...!! Gracias...!!

Anónimo dijo...

Claro que es momento de abrir los ojos, a final de cuentas todo lo que nos sucede siempre debe convertirnos en mejores personas aunque de momento duela hasta el tuétano.

Como dijera Rocky... one more round!

Anónimo dijo...

"Un día despiertas y te das cuenta que todo ha cambiado alrededor."

Eso, eso, eso... que asi de repente, todo cambia; tanto en tu interior como en el exterior. No reaccionas como antes, ya sabes que no decir o que decir: aunque a veces la cagues otra vez claro... pero, cambiar y que todo cambie esta siendo muy interesante para mi.