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Deseando atraparlo todo.

sábado, 31 de mayo de 2008

Foward no tan idiota

Me enviaron un foward con bromillas algunas muy cagadas, otras muy idiotas. De entre todas ellas, hubo una, al comienzo, que quedó muy clavada en mi cabeza y por eso ahora la escribo aqui. Suena idiota pero me parece una buena metáfora de algo que me esta ocurriendo. Y dice así:
Me emborrache para olvidarte, pero ahora te veo doble.

Yo ahora lo veo no doble, sino muchas veces, en todas partes, en todo momento. Él vive en mi cabeza.
Sin más palabras.

jueves, 29 de mayo de 2008

UNA CANCIÓN SONRIENTE

Hoy quisiera escribir una canción sonriente
en la que tu y yo durmieramos serenos,
nuestros ombligos enamorados
besandose por siempre,
en el jardín de la prosperidad.

Hoy quisiera recostar
mi cabeza en tu hombro,
el oido contra el pezón,
dos antenas comunicandose
de la manera imposible,
para escuchar, dentro de ti,
los latidos de mi corazón.

Hoy pudiera abrazarte
como no lo hice nunca
y apretarte fuerte,
tan fuerte que
los orificios en tu rostro
se abririan al máximo
para absorberme mejor.

Pudiera morderte firmemente
los gluteos y los brazos
arrancarte la piel,
engullirla dulcemente
para que a partir de entonces
vivieras sólo en mi.

Pudiera envolver tus ojos con mi axila
y pegar con goma tus manos a mi cuerpo.
Mis dedos arrancados incrustados en tus oidos
porque muero antes de permitir
que de otros labios escuches un TE AMO

Podría y puedo simplemente acompañarte
y tomarte de la mano
hacerte nada mas caricias moderadas
y prodigarte en besos vegetarianos,
si así tan sólo lo quisieras.
Acompañarte en la jornada macabra que es la vida
ombligo con ombligo, pezón y oreja, oido y corazón.

Podría y no puedo porque tu ya no lo quieres.
Por eso aunque hoy quisiera
escribir la melodia sonriente
mi canción es triste
en lugar de Sol hay Luna,
y la abundancia es de lamentación.

viernes, 23 de mayo de 2008

El Silencio de los Ausentes

Como me molestan los silencios cuando te digo que te amo y no respondes nada, ni si ni no, ni yo también ni gracias, sólo silencio.
Me molestan también cuando te pregunto lo que quieres cenar o si acaso quieres, y tampoco respondes nada; se vuelve peor cuando te doy opciones: tacos, hamburguesas, buen sexo o la desabrida soledad de la noche; y no puedes decir siquiera que no tienes hambre.
El colmo viene cuando te reclamo por no decir nada y entonces la pared con sus manchas, los grillos con sus canticos, y el sonido de los autos pasando por la calle me dicen que, aunque estás a mi lado, hace mucho tiempo ya que te has ido y que soy un idiota al esperar que respondas a cualquier pregunta, cariño o insulto...
Sólo los ausentes son capaces de guardar silencio tal cuando con las palabras se les dan constantes caricias y bofetadas.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Puertas abiertas

Toda puerta abierta está propensa a cerrarse eventualmente, sólo que la desición de como se cierre, si dejamos pasar nuestra oportunidad, ya no está en nuestras manos y nos arriesgamos a que sea un viento fuerte y helado el que la cierre de portazo o que quizá aparezca otra persona para cerrarla por nosotros. Controlar como terminamos las cosas, está en nuestras manos por breves temporadas, si queremos que todo cierre de la mejor manera, debemos esforzarnos por ello.

sábado, 17 de mayo de 2008

Los placeres cotidianos

Hablando de payasos en la entrada pasada, recorde que alguna vez en mi temprana pubertad me vestía así con mi tía para animar las fiestas familiares. Ahora veo los videos caseros y me muero de la vergüenza, pero en su momento era algo diferente y divertido que disfrutaba por la simple razón de que nunca lo había hecho antes.

Así crecí, buscando experiencias novedosas, extrañas, que la mayoría de la gente no se atreviera a hacer y que a mi me treparan la adrenalina hasta el borde de un colapso cardiaco. Me aventé del bungee, hice el amor en lugares públicos, probe la cocaina y la marihuana, conocí mil gentes, besé mil bocas, hice trios y me aventé como cien romances exóticos con desconocidos, me vestí de mujer porque simplemente tenía que probarlo, tomé hasta el exceso y fui a cuanto lugar me invitaron.

Un día apareció ella, con la curiosa novedad de que por ser mujer, no tenía que esconderse para darme un beso o tomarme de la mano. Era mi primer novia formal ya en mi etapa joven. Hasta entonces sólo había tenido novios o aventuras secretas con mujeres. Y eso fue distinto. Un placer extraño. Me di cuenta entonces de que fui gran parte de la vida buscando las sensaciones extremas y mientras tanto había descuidado los placeres cotidianos como pasar un domingo en familia, caminar con alguien bajo el brazo, disfrutar de un atardecer cualquiera o una tarde encamado mirando en la televisión cualquier cosa, con la persona que quiero.
La relación se terminó ya hace mucho tiempo; pero el recuerdo queda, ella vive en mi memoria como la persona que me enseñó de los placeres más sencillos y cotidianos de la vida. Mil gracias por ello Karla.

Mi disfraz de payaso

Dos o tres horas estuvimos sentados uno junto al otro sin que lograra en ningún momento surgir la charla amena y fluida. Dos o tres horas que yo sufro intensamente y que sin embargo aprecio en exceso. ¿Cuál es el chingado placer de querer estar con alguién a quien ya no le nace contarme ni la más trivial de las cosas que le ocurren? ¿Cómo se llega a este punto? Pensaran quienes no me conozcan que esto es una tendencia enfermiza y en realidad lo es, pero debo alegar en mi defensa que hace muchos, pero realmente muchos años, cuando era apenas un puberto con los calzones sucios, que esto no me ocurría. Hace muchos años que nadie lograba apendejarme de esta manera. Con decir que jamás fui celoso y desconfiado y ahora tengo celos hasta de la sonrisa que le regala a la mesera porque es la misma sonrisa que yo no logro arrancarle aunque le contara el mejor chiste o llegara al lugar más público vestido de payaso.

lunes, 5 de mayo de 2008

EL TRIUNFO DE LA INFELICIDAD

Eres alguien, un ente único, feliz contigo mismo y con lo que haces. Vas por la vida, como dicen por ahí, tratando de vivirla mejor, aunque a veces te equivoques, caigas o no sepas que hacer. No obstante, eres feliz.
Un día despiertas y te das cuenta que todo ha cambiado alrededor. Quien sabe en que momento o de que manera, quien sabe que lo provoco, pero al abrir los ojos descubres que tu mundo no es lo que solía ser, y sobre todo tú, ya no eres el mismo. La satisfacción se fue. La felicidad contigo mismo también. Ahora eres un ser inseguro, posesivo y celoso, dependiente de alguien más. Tú, verdaderamente no te explicas como pasó y tampoco te gusta este nuevo yo en el que te has convertido. De hecho odias a ese que ha usurpado tu lugar. Pero no sabes de donde llegó o a que ha venido y eso si es que acaso adviertes que esta ahí, ocupando el espacio que antes solía ser feliz, el lugar del autosuficiente. Lo que no percibes es que odiarlo a él es odiarte a ti mismo porque ambos son parte del mismo wey. ¿Qué hacer? ¿cómo pelear contra lo que uno es, aunque sea momentaneamente? La situación amenaza con arrasar con todo como una bola de nieve. Lo odias a él por dependiente, por infeliz, pero al odiarlo lo alimentas porque es precisamente de tu desprecio a ti mismo que él crece y adquiere poder. Lo que necesitas es quererte, apreciarte, darte tu lugar, pero eso no es tan fácil porque tu lugar lo tiene él y él no te quiere a tí en ese lugar, sino a ese otro, el motivo de sus sufrimientos.
Entonces digo yo, es momento de abrir los ojos; de darte cuenta que estas chingado. No hay manera que salgas de esta sin un buen arrastrón y con muchas raspadas en la piel. Lo mejor que puedes hacer, es cuidar las partes más frágiles y procurar que al final, quede un poco de dignidad para levantarte; pero la verdad es que evitar la caida JAMÁS, porque además, no quieres hacerlo.
Ni hablar, es el hombre el único y gran enemigo de sí mismo.

sábado, 3 de mayo de 2008

De un mundo raro

Quisiera encontrar las palabras para expresar todo lo que me pica aquí dentro. Se esconden, se alejan, no bastan. Ahora mismo me dispongo a escribir una carta muy importante, y aunque no estoy muy seguro de lo que debe decir o cual es la resolución a la que me llevará, sé que tengo que hacerlo. El problema es que las palabras no aparecen. Por eso agrego aquí debajo esta canción de José Alfredo Jiménez que, en la voz de Chavela Vargas dice todo aquello que no encuentro como. Los que alguna vez, con el corazón apachurrado y los ojos sangrantes, han tenido que dejar libre a aquel a quien quisieran amarrar a su cama, comprenderán lo que digo y lo que siento.


DE UN MUNDO RARO

Cuando te hablen de amor y de ilusiones
y te ofrezcan el sol y el cielo entero,
si te acuerdas de mí, no me menciones
porque vas a sentir amor del bueno

Y si quieren saber de tu pasado,
es preciso decir una mentira
di que vienes de allá,
de un mundo raro
que no saber llorar,
que no entiendes de amor
y que nunca has amado

Por que yo donde voy
hablare de tu amor
como un sueño dorado
Y olvidando el rencor
no diré que tu amor,
me volvió desgraciado

Y si quieren saber de mi pasado,
es preciso decir otra mentira,
les diré que llegué de un mundo raro
que no sé del dolor,
que triunfé en el amor
y que nunca he llorado

Porque yo donde voy
hablaré de tu amor
como un sueño dorado
y olvidando el rencor,
no diré que tu amor
me volvió desgraciado

Y si quieren saber de mi pasado,
es preciso decir otra mentira,
les diré que llegué
de un mundo raro,
que no sé del dolor,
que triunfé en el amor
y que nunca he llorado